Hace 30 años, en algunos sectores tecnológicos como, por ejemplo, el eléctrico era común que los cambios en la infraestructura sucedían en períodos largos, lo cual permitía que las personas que trabajaban en éste se pudieran especializar y tener así una relevancia profesional importante o, incluso, jubilarse como especialistas en su área.
Sin embargo, a partir de la primera década de este siglo, los cambios tecnológicos han sucedido a una velocidad nunca vista. Lo anterior ha obligado a los profesionales en las tecnologías de información y comunicación a capacitarse y especializarse en nuevos dominios de conocimiento para mantener o incrementar su relevancia profesional. Al mismo tiempo, las organizaciones que desean apalancarse en el uso de nuevas tecnologías para impulsar su crecimiento, crear nuevos vectores de ingreso, desarrollar nuevos productos, o generar ahorros por medio de hacer más eficiente sus procesos de producción, buscan activamente contar con el capital humano que les ayude a lograrlo.
Dado que el implementar una estrategia de transformación digital de manera exitosa es clave, para las organizaciones resulta crítico poder validar —de una forma clara y convincente— la experiencia y habilidades de sus profesionales clave.
Ahora que entramos a la tercera década de nuestro siglo, la demanda de ingenieros altamente especializados es mayor que la cantidad de profesionales disponibles. Esta escasez de talento es una de las principales preocupaciones para muchas empresas a nivel global[1].
Derivado de esta situación, según el reporte IT Skills and Salary Report 2021 de la empresa Global Knowledge (GN), el 52% de los ingenieros en TIC vieron incrementados sus ingresos, derivado de su conocimiento especializado en tecnologías críticas para la organización. De estos, 92% posee al menos una certificación técnica.
Además de validar sólida y prácticamente la experiencia y conocimiento de los profesionales de las TICs, las certificaciones se han convertido en una de las herramientas de selección preferidas para la atracción de talento, así como uno de los activos más importantes para las personas que las obtienen. De acuerdo con el mismo estudio de GN, los ingenieros certificados generan para sus empresas US$10,000 o más en promedio, de forma anual comparativamente con sus colegas no certificados.
Otras empresas analistas como IDC reportan que esta falta de talento especializado representará a nivel global pérdidas monetarias por US$775 billones[2].
Desde hace décadas y con el fin de contribuir a cerrar la brecha de profesionales en la industria de la TIC, Cisco ha cultivado uno de los programas de certificación técnica profesional más sólido y destacado a nivel global. Dividido por niveles básico, profesional, y experto, ayuda a las personas a dominar las tecnologías más relevantes, siendo las certificaciones CCNA y CCIE entre las más reconocidas y valoradas en el contexto internacional.
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